jueves, 6 de agosto de 2009

San Juan del Sur y Playa Maderas

Después de la descripción de la ONG, no es plan de aburrir. Los fines de semana pasan, no hay tiempo que perder para seguir visitando, y ya debo dos así que me pongo con el fin de semana de hace un par de semanas.

Autobús a San Juan del Sur

Esta vez toca San Juan del Sur, en el suroeste de Nicaragua, bañado por el pacífico, lugar en teoría más turístico de Nicaragua (por lo que aquí se entiende por turismo, no imaginéis un Benidorm ni de lejos). El caso es que esta zona del pacífico es muy famosa por las olas de sus playas (y las playas también) y hasta aquí se mueve un montón de turismo surfero-hippie por ello. Total, que como no, nos movemos hasta allí en transporte público (¡la pela del “parado”!) que siempre tiene más gracia y llegamos de noche allí. Alojamiento esta vez… Hospedaje Wilfredo. Lo básico aunque con cama de matrimonio para cada uno. Un poco caro quizás (6$... 5€ aprox.) supongo que debido a este turismo que os comento. No hay las mismas ganas de fiesta que en León, pero lo intentamos. El caso es que el rollo surferito reggetonero, nuestro cansancio y el turismo sexual a la vista nos quitan las ganas y acabamos pronto en la cama.

Entrada a una de las coloridas casa de SJdS

Sábado… desayuno nika-frutero, café nikaguado y a conocer San Juan un poquito antes de huir hacia las playas paradisíacas del Pacífico cercanas. En nuestro caso elegimos la Playa Maderas, pero la cantidad de playas interesantes es enorme… ojalá el finde fuera más largo! La verdad es que San Juan, no tiene nada excepto colorido en alguna de sus calles y ambiente surfero para el que le guste. La playa… nada del otro mundo, demasiado explotada por la ciudad… me ahorro las fotos (o la única que hice). La meteo tampoco ayuda.

Reparación de tablas de Surf

Niño comiendo sandia en SJdS

A las 14:00 ya llegamos a nuestro destino playero, en busca de un camping cercano y recomendado en el cual, no nos queda sitio. A muy poco metros de la arena encontramos otro, Hospedaje Don Martin… caro para ser aquí (10$) pero muy buen trato, limpio y buena comida. María y yo gastamos la tarde recorriendo las playas cercanas. Oleaje increible, paraiso inolvidable, cangrejos por todas partes, naturaleza virgen, tranquilidad absoluta, buena compañía, cervezas frías,… ¡poco más se puede pedir!

Uno de los miles de cangrejos entrando a su madriguera

Expectantes esperamos a la puesta de sol a las 18:00, mítica puesta de Sol por el mar con sol naranja gigante, pero nuevamente un cielo lleno de nubes nos priva de ver una maravilla más. Aún así, lejanos huecos entre nubes nos dejan disfrutar un poco del momento. Para cenar, compartimos mesa con unos catalanes, muy buena gente, perdidos por aquí un poco de la misma manera.

Inicio de puesta de sol

A la mañana siguiente… nos levantamos… ¡increible! ¡Buen tiempo! Así que para la playa directos… y entonces flipamos; una de esas míticas tortugas gigantes de los documentales, recorriendo la cuesta arenosa de la playa hacia el oleaje, tras haber pasado desovando toda la noche. Esta zona es muy típica para el desove de las tortugas gigantes estas. De echo se organizan salidas (muy caras) a lugares donde hay mayor probabilidad de verlas para quedarte toda la noche linterna en mano esperando el momento en el que aprezca un grupo de tortugas (si llega, que puede que no). Ahora es el comienzo de la temporada. Nosotros tuvimos la suerte de verla ya de día, porque suelen hacer todo el proceso de noche, en una playa que no era la más tipica y una época que tampoco era la época punta. Para quitar el hipo… por supuesto no tenía la cámara en ese momento y no pude fotografiarlo, sólo puedo mostrar la foto que saqué minutos después con sus huellas, camino del mar:

Rastro de la Tortuga Gigante

Durante el día, más paseos por la zona (no hay más que playas una detrás de otra y en la selva no te puedes adentrar), dosis de sol y quemaduras correspondientes en la espalda y ejercicio físico contra las pedazo de olas. La verdad es que ayuda a desconectar más si cabe. Da un rato para pensar en dónde se encuentra uno y la suerte que tiene de poder estar disfrutándolo… y también da para pensar que es un fin de semana menos en el que ver una cosa más y que el tiempo, cuando tienes la sensación de que lo aprovechas… pasa deprisa… muy deprisa.

Playa hacia un lado...

... hacia el otro

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